"Si, a través del trabajo interior y de la escuela de la pareja, dos tienen la suerte de ser tocados por el aroma espiritual, vivirán y fluirán sin etiquetas ni dogmas. En la dimensión espiritual del amor, la idea es la no idea, o, como decía el poeta persa: «Mi lugar es el no lugar, mi señal, la no señal». Y esa unidad de dos no significa anularse en el otro, sino reconocer el genuino saber de la no dualidad, en la que el alma es liberada del oscuro pesar de la separación, del despotismo del yo, y por fin descansa en sí misma. Así lo expresa Rumi:
"La muerte pone fin a la angustia de la vida.
Y, sin embargo, la vida tiembla ante la muerte...
Así tiembla un corazón ante el amor,
como si sintiera la amenaza de su fin.
Porque allí donde despierta el amor,
muere el yo, el oscuro déspota"".
Joan Garriga
Bailando juntos
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