"Siempre existen diferentes opciones entre las que elegir, tanto de manera consciente o inconsciente, el sujeto elige algo perdiendo otra cosa u opción, y eso tiene consecuencias sobre sí. Siempre hay una alternativa, a la vez que una pérdida, afirmaba Soler.
Cuando sucede algo que se impone, así sea desarrollado por otro, el sujeto tiene la elección de decidir el modo de reaccionar y de procesarlo, esto conlleva responsabilidad propia en tanto está en juego nuestra constitución como sujetos y también nuestra cura.
En la cura el sujeto debe asumir la responsabilidad por la elección de su síntoma, sus defensas, su elección de objeto, la repetición de goce, así como también su elección de profesión y proyectos de vida. Además, es necesario responsabilizarse de las elecciones que dijo que iba a hacer pero que postergó y nunca hizo: cuando uno elige hacer nada, de todos modos está eligiendo.
Reconocer la propia responsabilidad en nuestras elecciones conscientes e inconscientes nos da la oportunidad de un nuevo saber hacer con ellas, para dejar de sufrir y de repetir. Es a partir del análisis de nuestras elecciones, a partir del saber sobre nuestro modo de goce, nuestra defensa y nuestra posición subjetiva en relación al Otro, que es posible obtener un nuevo saber hacer con nuestro síntoma, nuestro deseo, con la falta estructural propia del ser hablante.
Elegir la cura es aguantarse la angustia que genera la pérdida de ciertas creencias e ilusiones propias y de los otros, así como la caída de ciertos significantes fijos que nos definían como sujetos, para elegir escribir nuestra propia historia, nuestro propio destino, siendo el principal protagonista.
Sartre decía así: "Somos lo que hacemos, con lo que hicieron de nosotros”" .
Ana Suy
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