« Que bello cuando acariciamos los sueños de amor y soñamos que se cumplirán aún sabiendo que la tierra prometida se asienta más acá y más allá de ellos.
- ¿Debemos por ello ser masoquistas, pusilánimes y conformistas?
- De ninguna manera, sólo amorosos, plenamente amorosos. Y dispuestos a toda equivocación si tuviera que ser.
- ¿No tememos todos ser la creación de un otro y tememos defraudarlo tanto como suspiramos por nuestra espontaneidad? ¿No se tiene acaso el oculto anhelo de ser querido a pesar de uno mismo?
- Tememos no ser la medida del otro, o que el otro no sea la medida de uno. Y en este temor compartido estamos juntos y somos uno.
- ¿Que ayuda?
- Dejar de soñar a nuestros padres con nuestro sueño de niños. Sentirnos grandes y poderosos porque nuestros pies se hunden hasta el magma eterno del principio de los principios ».
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