viernes, septiembre 16

Saber ganar


 La vida ansía, para su propio crecimiento, que los padres ejecuten al menos cuatro movimientos básicos: dar la vida, cuidarla para hacerla crecer, entregarla a su propia autonomía y perseverar en el vínculo, sintiéndose, más y más, como raíces de un árbol que sigue dando frutos. Por tanto, tienen que entregar en algún momento al hijo a sí mismo, a su autonomía. A veces éste es un movimiento difícil y algunos padres se resisten a afrontarlo por temor a perder a su hijo, o porque quieren seguir protegiéndolo, o porque tratan de mantener al hijo muy cerca de ellos, como si no confiaran lo suficiente en que éste, tras ser entregado a su propia vida, se mantendrá igualmente hijo y cercano para siempre. Pero, por el bien de todos, deben darle el permiso para que vaya hacia su propia vida. Y, junto con ese permiso, otorgarle la confianza para que lo haga con el máximo bienestar posible, y hacerle sentir también que tiene los recursos necesarios para lograrlo.


Joan Garriga

del libro La llave de la buena vida. 

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