"Querido Schur, usted recordará nuestra primera conversación. Usted me prometió que me ayudaría cuando yo ya no pudiera soportar más. Ahora es sólo una tortura y ya no tiene ningún sentido". Es extraído de una carta de S. Freud, el contexto es que él padecía cáncer de mandíbula y sus dolores se fueron haciendo cada vez más insoportables, al otro día su médico le inyectó la dosis necesaria de morfina al Dr. Freud para que poco a poco durmiera de un sueño del que ya no iba a despertar, un 23 de septiembre de 1939 Freud se volvió inmortal.
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