martes, marzo 31
lunes, marzo 30
Je t'aime, ma belle Sophie
« Y yo que hasta ayer
sólo fui un holgazán,
y hoy soy el guardián
de sus sueños de amor.
La quiero a morir.
Puedes destrozar
todo aquello que ves,
porque ella de un soplo
lo vuelve a crear,
como si nada,
como si nada.
La quiero a morir.
Ella borra las horas
de cada reloj
y me enseña a pintar
transparente el dolor,
con su sonrisa.
Levanta una torre
desde el cielo hasta aquí,
y me cose unas alas
y me ayuda a subir
a toda prisa,
a toda prisa.
La quiero a morir.
Me dibuja un paisaje
y me lo hace vivir,
en un bosque de lápiz
se apodera de mí.
La quiero a morir.
Y me atrapa en un lazo
que no aprieta jamás,
como un hilo de seda
que no puedo soltar,
no puedo soltar,
no quiero soltar.
La quiero a morir.
Cuando trepo a sus ojos
me enfrento al mar,
dos espejos de agua,
encerrada en cristal.
La quiero a morir.
Sólo puedo sentarme,
sólo puedo charlar,
sólo puedo enredarme,
sólo puedo aceptar
ser sólo suya,
tan sólo suya.
La quiero a morir.
Conoce bien cada guerra,
cada herida, cada ser.
Conoce bien cada guerra
de la vida y del amor también »
Jarabe de palo ft Alejandro Sanz
"Toujours ne dure orage ne guerre"
domingo, marzo 29
sábado, marzo 28
viernes, marzo 27
El problema de vivir con los suegros
“El casado, casa quiere”, dice un viejo refrán, que hace alusión a la vida en pareja, aunque este en muchos casos no es aplicado.
« Sobre todo en aquellos matrimonios que deciden compartir la vivienda con los suegros, muchos solo lo hacen por el deseo de convivir con ellos, otros por razones económicas, costumbre o matrimonio apresurado.
En cualquier caso, pueden surgir conflictos notorios que no llevan a una relación saludable para la pareja.
Según el psicólogo Raschid Guardia vivir en la casa de los suegros es lo peor que puede sucederle a una pareja “porque la casa de los suegros es el territorio de algunos de los cónyuges y siempre va a hacer sentir al otro que este espacio es ajeno”.
LAS CONSECUENCIAS
El vivir en la casa de los suegros solo va a conllevar a crear una serie de antipatía de la pareja que es ajena a ese núcleo ya sea hacia la propia pareja o directamente hacia los suegros o el medio en el cual se desarrolla la convivencia.
Además hay que tomar en cuenta que en la casa de los padres de tu esposa(a) las reglas la ponen ellos y no ustedes como matrimonio.
También el irse a vivir a casa de los padres en corto tiempo va destruyendo a la pareja.
Porque uno de los cónyuges, especialmente el dueño de casa, no asume perfectamente su matrimonio ya que sigue en su casa, con sus viejas costumbres, su rutina, sigue con todo lo que siempre vivió; entonces eso malogra y daña el matrimonio a la larga.
TRABAJO DE PADRES E HIJO
Por otro lado, se recomienda a los hijos dejar el núcleo de los padres, ya que hay casos en los cuales pueden tener su propio hogar y no lo hacen:
Esto es signo de inmadurez y de irresponsabilidad. Por eso es mejor antes de formar un hogar tomarlo con la responsabilidad que esto se merece y no a la ligera.
Los padres deben incentivar y es más, obligar a la pareja a empezar a vivir solos. No es que no pueden ayudarlos, pueden pero haciendo que ellos formen su propia vida, aprendan a crecer, a pelearse, reconciliarse y respetarse.
LAS RAZONES
1. EL CASADO CASA QUIERE
Es importante que la pareja marque su territorio en el cual va empezar una vida nueva, con sus propias reglas y sin intermediarios. Este espacio va a ser de gran ayuda para la madurez matrimonial.
2. NO APORTA
Para que un matrimonio tenga futuro este debe asumir el reto con corresponsabilidad, es decir con deberes y obligaciones que conlleva el mismo en el día a día y en la casa de los suegros no se cumple.
3. NO SE TIENE INDEPENDENCIA
El matrimonio necesita independencia y autonomía para formar una familia. Cuando dos personas se unen dejan el núcleo familiar antiguo para formar uno nuevo.
4. DAÑA LA RELACIÓN
Vivir en la casa de los suegros siempre va a dañar la relación de la pareja, y no en casos aislados sino siempre. Simplemente porque están en territorio ajeno.
5. INTERVENCIONES
Los padres son los que imponen las reglas ya que es su territorio y esto no es bueno para la pareja ya que tiende a aumentar la llama de los conflictos con el nuevo integrante en la familia »
Lucy Romero
Terapeuta clínica
jueves, marzo 26
miércoles, marzo 25
martes, marzo 24
¿Me voy o me quedo en esta relación?
Todas las relaciones tienen sus crisis y sus altibajos. Buenos tiempos y tiempos nada buenos, eso es perfectamente normal. Pero cuando las bajadas son más prolongadas, frecuentes o intensas que las subidas, surge muy frecuentemente la duda si debemos o no permanecer en esa relación.
« La duda:
Ya de que surge la duda o la pregunta en tu cabeza, es que las cosas no están bien. Las causas pueden ser varias:
• Un tema personal (tuyo o de tu pareja)
A. Estás aburrido, harto, desesperado, hay alguien más, algo muy grave hizo tu pareja que te lastimó, tienes miedo o simplemente ya no le amas o, amándole, sientes que quieres hacer otra cosa de tu vida.
• La dinámica entre ambos.
A. Pueden quererse o no; ser muy buenas personas en lo individual, un encanto con los amigos y extraños, pero la dinámica o la química entre Ustedes sólo les alcanzó para una temporada juntos.
B. Su relación puede estar tan viciada o desgastada que ya no es sencillo revertir el daño causado.
C. Las ofensas, infidelidades o agresiones son la norma en su relación.
¿Tu duda es sobre irte o quedarte o más bien ya tienes decidido irte y sólo estás buscando la forma de ejecutar tu decisión sin que ello tenga ninguna consecuencia negativa para ti y que todos queden en paz?
Tus opciones y sus consecuencias
• No tomar acción y sólo esperar.
A. No hacer algo es mantenerse con muchos altibajos. Es como una montaña rusa emocional que te deja mucha incertidumbre acerca de tu futuro en la vida de relación con la persona que hoy estás.
B. Con el desgaste cotidiano, tu energía y calidad de vida se deterioran rápidamente y quedas exhausto/a para poder tomar decisiones coherentes.
C. Pensar que los períodos de calma son señales de que ya todo se va a arreglar, especialmente cuando son cíclicos: Ya te diste cuenta que luego invariablemente llega una tempestad cada vez peor que la anterior.
D. Las emociones se acumulan. Puede ser el resentimiento que te lleve a explotar un día y mandar todo al diablo o el miedo que te obligue a aceptar lo que una vez fue inaceptable para ti.
E. Puedes pasarte muchos años en esta montaña rusa. Pero ten en cuenta los efectos emocionales y en tu salud física de mantenerte en este estrés.
F. Puedes caer en la resignación y conformarte con vivir una vida a medias.
• Tomar acción ya porque estás en desesperación.
A. No estás decidiendo en libertad, pues estás condicionado/a por tus emociones. Reaccionas más desde el instinto.
B. Puedes decir o hacer cosas que lastimen a tu pareja y a la relación.
C. Puedes arrepentirte cuando todo se haya enfriado, pero quizá sea demasiado tarde.
• Conversar con tu pareja acerca de tu sentir y considerar opciones que reparen la relación.
A. Una conversación así puede dar lugar a reclamos y a remover asuntos dolorosos del pasado, pero limpiar la casa es la única manera de sacar la mugre. Poner todo debajo del tapete sólo hace que se acumule.
Rumiaciones comunes al tomar cualquier decisión
• Si te quedas
A. Pensar que eres tonto/a o débil o que estás dejando que el otro te vea la cara al quedarte porque “quién sabe cómo te convenció”.
• Si te vas
A. Pensar que te precipitaste.
B. Cierta dosis de remordimiento pensando que podrían haber hecho o intentado más.
C. La duda de si “te estarás equivocando”.
D. Miedo a la crítica y el juicio social.
E. Que surja culpas por creencias sociales, familiares o hasta religiosas.
F. Cierta ambivalencia si la relación era muy mala.
G. Por un lado la pérdida y la tristeza por lo que ya no fue y, por el otro, el alivio de no estar más en una prisión sin rejas.
Señales a observar
• Para considerar quedarte
1. Que ambos quieran.
2. Que ambos reconozcan que han metido la pata y que por eso su relación está tan mal… No importa si alguien la metió 10% y el otro 90%, lo esencial es que se reconozca.
3. Que ambos estén de acuerdo en las soluciones que creen que pueden funcionar, sin descalificar alguna sin haberla probado o intentado antes.
4. Esto incluye la ayuda profesional.
• Para considerar irte
1. Que uno no quiera quedarse.
2. Que uno culpe al otro por lo mal que está la relación y que no asuma su parte en el asunto.
3. Que uno no quiera buscar o recibir ayuda de algún tipo descalificando todo proceso como “la terapia no sirve”, “los libros no te dicen algo nuevo”, “yo no creo en los terapeutas” y que a cambio no ofrezca ninguna alternativa realista y sólo se quede con un “vamos a echarle ganitas”.
4. Que no conversen sobre el estado de su relación o que, haciéndolo, nunca lleguen a acuerdos concretos y que se la pasen haciendo como que "no pasa nada", cuando en realidad nada cambia o incluso empeora.
5. Cuando ya han intentado todo lo viable, incluso la terapia y nada ha funcionado.
6. Que casi todos los días del año te hagas la misma pregunta "¿Me voy o me quedo?"
Una pequeña prueba:
Considera estos dos escenarios como posibles:
1. Quédate:
Hoy decides quedarte en esta relación para siempre, justo así como es y justo así como está.
Sí, pero…
2. Márchate:
Hoy decides terminar esta relación para siempre, sin importar qué pase en el futuro, no podrás jamás regresar a ella.
Sí, pero…
Si en cada escenario hiciste el ejercicio de imaginar esa posibilidad como una realidad y…
A. Pusiste “peros” en uno, pero en el otro no, quizá esta última es la decisión que debas tomar.
B. Si no pusiste “pero” en alguno, entonces toma la decisión que para ti sea más lógica o conveniente.
C. Si pusiste “pero” en ambas opciones, quizá necesites asesoría profesional para clarificar tus pensamientos y emociones, pues una parte de ti quiere una cosa y otra quiere la otra.
Consecuencias
Si decides irte
• Preparate para tu duelo.
A. La pérdida, las emociones que vendrán, la reubicación de tu actual pareja al “reino” de los exes y el tener que adaptarte a un nuevo estilo de vida.
• Tu pareja podría rehacer su vida emocional antes que tú.
• Sé sensible con tus hijos si los hay y busca para ellos un asesoramiento terapéutico.
• Trata a tu pareja con dignidad; sin agresiones, ataques o acusaciones.
• Ten dignidad y cuídate. Tu pareja puede quedar muy resentida o lastimada por la herida narcisista y puede buscar la venganza.
• No te aísles de tus amigos y familia, aunque algunos se marcharán por sí solos.
Si decides quedarte
• Suspendan toda hostilidad y agresión de inmediato de manera consciente y voluntaria.
• Habrá recaídas. Cambiar hábitos y patrones lleva tiempo.
• Busquen ayuda y sean constantes con su proceso terapéutico. Nada debería ser más importante que reparar su relación.
• Sean honestos en todo momento; especialmente si sienten que no están avanzando con esto.
Los peores errores en el proceso de decidir
• Decir que quieres terminar cuando estés muy enojado/a.
• Romper porque alguien te haya “calentado la cabeza”.
• Irte de la relación porque hay otra persona. Si ya te estás viendo con alguien más, lo más honesto es poner una pausa a aquella relación, terminar con esta y luego retomar la que deseas.
• Esperar que suceda un milagro o que el tiempo todo lo cure.
• Quedarte sólo por tus hijos (o usarlos como excusa para quedarte).
A. Un niño normal siempre quiere que sus padres estén juntos sin importarle mucho la calidad de la relación.
• Tomar la decisión unilateral, sin haberlo hablado antes con tu pareja.
A. Salvo casos de agresiones o faltas recurrentes sobre las que no se ha reconocido responsabilidad en el pasado.
Una pista final
• Si eres una persona que basa sus decisiones en el miedo
A. Si te quedas, es para soportarlo todo.
B. Si te vas, es porque ya no aguantas más.
• Si eres una persona que basa sus decisiones en la acción
A. Si te quedas, es porque estás dispuesto/a a hacer algo para reparar la relación.
B. Si te vas, es porque sabes que deberás tomar riesgos, comunicar decisiones difíciles y porque te harás cargo de la parte que te toca.
C. Otros también saldrán lastimados, pero cada uno debe asumir la parte de responsabilidad sobre sí mismo que le toca.
Pregúntate no sólo por qué quieres terminar o quedarte, sino qué es lo que quieres iniciar a partir de esa decisión »
Mario Guerra
lunes, marzo 23
domingo, marzo 22
10 patrones que nos impiden hablar en pareja
Muchas veces si tu pareja tiene un problema, se siente triste, con desilusión o enojo. Para fortalecer la intimidad en la relación, tenemos que responder a sus peticiones de iniciar una conversación. Existen patrones que hacemos repetidamente que provocarán que tu pareja deje de buscarte para contarte cosas y compartir experiencias.
« LOS 10 PATRONES:
1. Culpar a tu pareja por el problema
Tu pareja te cuenta algo porque busca comprensión y empatía. Lejos de eso, le devuelves comentarios donde sale regañada. El escuchar no significa que tengas que estar de acuerdo.Tu pareja no quiere recibir de ti regaños o aleccionamientos.
2. Anularle
Haces sentir a tu pareja que no estás interesado o disponible para la conversación o que le estás dando el avión. Puedes quedarte “ido” pensando en otra cosa, pero dices que escuchas y no haces contacto visual. ¿De verdad lo que estás haciendo es más importante que lo que le sucede a tu pareja?
3. Ignorar emociones y superficialmente resolver el problema
Devuelves a tu pareja una solución rápida, lógica, pero fría. Muchas veces tu pareja no necesita de ti una solución, sino sólo sentirse comprendida y acompañada en sus emociones.
4. Shock
Lejos de mostrar comprensión o empatía te muestras indignado o sorprendido por la reacción de tu pareja ante una situación de estrés. Una vez más quizá no tengas que estar de acuerdo con lo que tu pareja haya hecho, pero la manera de demostrarlo no debería ser a través de hacerle sentir vergüenza o culpa de su actuar.
5. A ti siempre te pasa algo más grande o grave
Tu pareja te está contando algo que le pasó y tú sales con que te pasó algo peor o cuentas las historia de cuando estuviste en una situación similar o peor. Interrumpir a tu pareja, especialmente sin validar emocionalmente lo que te ha dicho, y reemplazar la conversación con una historia tuya envía el mensaje que tú y lo que te pasa es más importante.
6. Sarcasmo
Es de los patrones más destructivos de la intimidad. La pareja se siente censurada, burlada y ridiculizada. Este patrón puede causar un daño permanente en la relación.
7. Molestarte
Intolerancia, falta de paciencia y descalificación están presentes en este patrón.
8. Volteártele
Cuando tu pareja te cuenta un problema que tuvo con alguien más, no hay nada peor que darle la razón al otro. Quizá lo haces por neutralizar o que tu pareja se de cuenta cómo contribuyó al problema, pero sin que tengas que darle el avión o simpatizar irracionalmente, quizá el momento del pico emocional no sea el mejor para hacerle ver esto. Dar la razón a quien lastimó a tu pareja no es la mejor idea.
9. Minimizar
Desde tu perspectiva tu pareja se ahoga en un vaso de agua y según tú, lo que está sintiendo no es para tanto en relación a lo que le está pasando. No validas ni tomas como legítimas sus quejas o percepciones. A veces también minimizas lo que le pasa a su familia. La razón principal por la que esto sucede es que te sientes obligado a dar una solución que no tienes o que no sabes que hacer con las emociones de tu pareja y pretendes calmarla minimizando lo que le pasa.
10. El juicio superior
Todos sabemos lo que el otro debería hacer para no meterse o para salirse de algún problema. Compartimos nuestro expertise y amplia experiencia en problemas humanos con los mortales que se acercan a contarnos sus pequeñas desventuras. Aún cuando pienses que tu pareja pudo haber manejado las cosas de otra manera, bien podrías reprimir para un mejor momento tus instintos aleccionadores.
5 reglas al escuchar a tu pareja
1. Cuando tu pareja necesite soporte, escúchale sin criticarle, invalidarle, aleccionarle, corregirle, burlarte o anularle. Mantente con ella igualando sus emociones sin juzgar inicialmente el contenido de la conversación.
2. Antes de responder, pregúntale si hay algo que puedas, y estés dispuesto, a hacer para ayudar.
3. Siempre toma las preocupaciones de tu pareja seriamente, expresándole tu interés y apoyo.
4. Si la discusión es sobre un conflicto común, luego de escuchar a tu pareja pregúntale si es buen momento para que tú también hagas reclamos, pero nunca sin antes haber escuchado y validado los del otro.
5. La mayor parte de la gente resuelve sus conflictos con más facilidad si siente que hay alguien a quien le importa y respeta su punto de vista. Que su pareja está de su lado, no que le da por su lado »
Mario Guerra
Libre ya de amores
« Será la primavera y aunque nada sea culpa de las flores,
y pasa el tiempo, pasa y lo que pasa, pasa una y otra vez.
Por mucho que en el pasado, nos jurásemos sagrado lo que fuera,
de todo lo pasado ¿Cuánto queda, cuánto sirve y para qué?
Será que con los años me he hecho inmune a casi todos los pecados,
normal me dé pereza ir al infierno, si entro y salgo a diario de él.
Tal vez, a estas alturas ya no exista a las alturas de lo amado,
y sigo aquí sentado al pie de un "por si acaso",
un "puede" o un "pueda que".
Y de repente, no sé cómo, nada siento y caigo en cuenta
que estoy libre de temores, libre ya de amores...
Revivo, tomo aire y el mundo me responde otra vez.
Será la primavera que florece, la que invade mi alegría,
o puede algo corriente en un instante hacerse sobrenatural.
En todo pensamiento, voy entero, va mi amor y va mi abrazo,
y mira si te quise, pero, ya por eso no vuelvo a pasar.
Y de repente, no sé cómo, nada siento y caigo en cuenta
que estoy libre de temores, libre ya de amores...
Respiro, tomo aire y el mundo se ilumina otra vez.
Libre de temores, libre ya de amores,
tocando el cielo en los altares.
Y mira si te quise y querré... »
Miguel Bosé
sábado, marzo 21
Focos rojos que deben alertarte en un hombre
Hemos escuchado o leído en el pasado sobre relaciones tóxicas, pero antes de caer en una, conviene observar algunas señales que un hombre puede dar y que son observables en ciertas conductas. Si las observas en tu relación, o en un prospecto que tienes en mente para relacionarte, quizá lo mejor sea que lo pienses dos veces.
« El que tu pareja presente una o más de estas señales no es garantía de una relación defectuosa o tóxica, pero tampoco es algo que puedas o debas cambiar en el otro si él mismo no tiene interés de hacerlo.
1. No invierte en la relación
• No hace o no ejecuta planes para salir juntos:
a. No hace reservaciones, no verifica horarios, no anticipa posibles dificultades.
• No le emociona hacer cosas contigo:
a. Le da lo mismo lo que hagan o a donde vayan y deja que siempre tú tomes la decisión, pero quizá siempre haya algo que no le guste y te lo reproche.
• No habla del futuro común:
a. No hay planes en conjunto o no habla en plural cuando se refiere al futuro medio o distante.
• Le da un poco lo mismo si terminan:
a. Si en algún momento de enojo le sugieres terminar, simplemente te responderá “está bien, si es lo que tu quieres”.
Posible desenlace de esta conducta:
• Acabarás por sentir qué tú eres quien sostiene la relación, eso puede abrumarte y hacerte sentir poco valorada, dañando tu autoestima.
2. No suele reconocer faltas ni pedir perdón
• Sabiendo que el exteriorizar las culpas en una conducta predominantemente masculina, no deja de ser inmaduro no reconocer los errores y atribuirlos a factores externos, incluso metafísicos (como la mala suerte o tener un signo zodiacal mal aspectado).
• Suele creer que pedir perdón es reconocer que se está mal y que el otro está bien, por lo que siente que “perdió”, lo cual es un pensamiento inmaduro y narcisista, al pensar que todo tiene que girar en torno a él. Pedir perdón tiene que ver más con tener empatía al reconocer que se ha lastimado al otro y querer reparar la falta cometida.
• Esto empeora si quien acaba teniendo la culpa de todo eres tú; es decir, suele voltear la situación en tu contra.
a. “Es que tú sacas lo peor de mí, por eso te grito…”
Posible desenlace de esta conducta:
• Gran frustración, enojo y sensación de injusticia al tener que “perdonar” sin que te lo pidan e incluso al acabar tú pidiendo perdón por lo que no hiciste.
3. Es demasiado “hermético”
• El que sepas que le gusta la cerveza, el fútbol o la pizza no quiere decir que lo conoces.
• El que intercambien mensajes de texto de “cómo estás”, “qué haces” y “que descanses” no es una comunicación que fortalezca la intimidad, especialmente si las respuestas son “bien”, “nada” y “gracias, igual…”
• Una persona que no suele conversar acerca de su niñez, las cosas que la apasionan en la vida, por qué terminaron sus relaciones pasadas, sus miedos, sus sueños o sus expectativas, incluso sobre la relación, probablemente no quiera o no pueda abrirse a la intimidad de una pareja.
• Si bien esto no es una conducta maléfica en sí misma, sí es en definitiva un serio problema que te impide conocer quién es realmente la persona con la que te estás relacionando y debilita el pegamento de una relación significativa.
• Pregúntate “¿Realmente lo conozco?”; de otra manera con el tiempo dirás que “ya no es como antes”, cuando en realidad siempre ha sido el mismo, sólo que nunca le conociste bien.
Posible desenlace de esta conducta:
• Una relación llena de frialdad y distancia, pues las conversaciones y las autorrevelaciones profundas son el elemento central que construye la intimidad en una relación.
4. Te trata como a un subordinado o como si fuera alguien superior a ti
• Si bien puede ser verdad que muchas mujeres se ven atraídas hacia hombres de rasgos dominantes, que resuelvan, decidan y estén a cargo de distintas situaciones de la vida, es fácil que estas conductas tiendan a romper ciertos límites.
• Una pareja que te regaña, que te critica, que te reprende por tus errores o que te insulta por cometerlos no sería tu mejor elección.
• Cuando discuten o tienen alguna diferencia invierte su tiempo no en hacerte ver su punto de vista o entender el tuyo, sino en convencerte de que estás muy mal y él está bien.
a. Se vuelve psiquiatra, psicólogo y maestro y te escupe diagnósticos de demencia (“estás loca”), de despersonalización (“quién te crees que eres”) y de evaluación académica (“no sabes nada”).
Posible desenlace de esta conducta:
• Constante lucha de poderes, tú al pedir un trato equitativo y simétrico y él al tratar de aplacar la rebelión que para él se está formando en tu cabeza.
5. Tiene estándares o expectativas confusas y ajusta las historias a la velocidad de la luz
• Te reprende por no haberle recordado que tenía la cita con el doctor, pero se molesta cuando le llamas para recordarle que hoy tienen una cena con los amigos.
• Te acusa de ser manipuladora o histérica, mientras te grita que vayas a terapia para ver si tienes remedio.
• Te jura que en la comida de trabajo no había mujeres, pero cuando le compruebas que sí, entonces te dice que era un cliente; pero cuando le compruebas que era su asistente, entonces te dice que sí, que la tuvo que llevar para que tomara notas; pero cuando le compruebas que la fue a dejar a su casa a la salida te dice que sí, pero porque salieron tarde; pero cuando le compruebas que entre la comida y llevarla se quedaron solos en el bar dice que sí, pero porque tenía un problema y ni modo de no escucharla. Al final te dice que no te dijo la verdad porque sabía que te ibas a enojar y sostiene su punto en que de verdad ya estás enojada, pero no tanto por lo que pasó, sino por sus mentiras.
Posible desenlace de esta conducta:
• Frustración, impotencia y confusión. No es posible ganar un juego que ni siquiera puede entenderse.
6. Quiere cambiar… Pero cosas de ti
• Puede que te diga que eres perfecta, pero lo serías más, si hablaras menos, fueras menos "obsesiva", "celosa", "enojona", "controladora", etc..
• Es verdad que cada uno debe hacerse responsable por identificar las conductas que ayudan o no en una relación, pero si el otro pretende cambiar tu personalidad, no sólo se frustrará, sino que al final quiere relacionarse con una versión de tí que es conveniente para él, no con quien tú eres en realidad.
Posible desenlace de esta conducta:
• Afectaciones a tu autoestima y constantes reclamos de parte de él por tu necedad de “no cambiar”.
7. Tiene terror al ridículo o al “qué dirán”
• A muchas personas no les gusta cometer errores o el caer en público les provoca una reacción de vergüenza; eso es hasta cierto punto normal.
• Cuando la cosa se vuelve negativa es cuando su miedo al ridículo o a equivocarse lo hace sentir vulnerable, se torna en ansiedad y esa ansiedad la canaliza a través del enojo contigo.
• El enojo suele canalizarlo cuando están a solas: al ir de regreso a casa o en voz baja pero hostil en la misma reunión.
a. Por ejemplo, si llegaron tarde y tú dices “es que a Miguel se le quedaron las llaves del coche adentro”, se pondrá muy enojado y te hará un gran reclamo por haberlo hecho “quedar mal” (con la verdad).
• Suele ser una persona rígida e inflexible con otros y consigo mismo. Nadie es perfecto, pero suele creer que él y los suyos sí deben serlo.
• En general este es un proceso ansioso que deberá ser reconocido y atendido por quien lo padece. Lamentablemente no suele ser así y se tiende a afectar a la pareja en este proceso.
Posible desenlace de esta conducta:
• Pasarás la vida con esa pareja tratando de evitarle contrariedades y situaciones “riesgosas”, pero por más que hagas, la vergüenza preexiste en su mente y siempre habrá algo que reclamarte en este sentido. Acabarás tan ansiosa como él.
8. Suele ser mezquino
• Una cosa es preservar la economía y el patrimonio y otra privarse o privar a los suyos de ciertos elementos que enriquecen o hacen la vida más feliz.
• Un hombre mezquino puede serlo no sólo con el dinero, sino con su tiempo, con las atenciones, los cumplidos y las demostraciones de afecto.
• No es que no tenga lo que escatima, sino que decide no darlo conscientemente.
• Suele argumentar razones lógicas o prácticas para su comportamiento y no valora las repercusiones emocionales de un hecho.
A. “Para qué compramos palomitas en el cine, están muy caras, mejor nos las comemos antes y así ahorramos…”
B. “Los pasteles están carísimos, mi mamá siempre nos horneaba uno y le quedaba más sabroso, por qué no le haces uno a Juanito para su fiesta y ya…”
C. “Para qué te tengo que decir que te quiero si ya lo sabes, si no te quisiera de verdad ya te hubieras enterado”.
D. “No voy a agarrarte de la mano en la calle porque ya estamos grandes y nos vamos a ver ridículos”
E. “Eso de abrirte la puerta del coche ya no se usa…”
F. “Pues no te avisé que te vinieron a buscar porque el otro día no me avisaste que me había llegado un sobre”.
Posible desenlace de esta conducta:
Probablemente tengas una vida de grandes carencias materiales y emocionales. A sus ojos todos son derrochadores y el resto son ladrones. Lo emocional le parece ridículo e innecesario.
Notar estas señales no es necesariamente una garantía de fracaso en tu relación o una pauta para que busques cambiar a tu pareja. Sólo pregúntate por cuánto tiempo más quieres estar con alguien así en una relación »
Mario Guerra
¿Por qué nos quedamos con quien nos lastima?
La violencia física es quizá una de las formas más graves por poner en riesgo la integridad y la vida de quien la padece, pero no es la única forma de violentar a una persona en una relación.
« ¿Cuántas formas de violencia hay?
Física
• Agresiones NO accidentales, directas, usando la fuerza física acompañada o no de un arma, que provoquen lesiones internas o externas a una persona.
• La agresión va desde empujones o arrojar objetos “inofensivos” como pañuelos desechables hasta el asesinato.
Psicoemocional
• Cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad mental de la persona. Incluye agresión verbal, acoso, amenazas, aislamiento, intentos de controlar la conducta, hostigamiento, destruir objetos preciados para la víctima, negligencia.
Activa
• Es la agresión directa como los insultos o amenazas.
Pasiva
• Como ejemplo de esta está el dejar de hablar, no avisarle de situaciones que le puedan causar problemas, “olvidar” darle mensajes o recados, dejarle que se pierda al conducir para luego poder reclamarle.
También se ve en el chantaje y manipulación. Todo lo que no sea directo pero que tenga como objetivo controlar la conducta del otro.
Peligrosa porque es casi imperceptible. Puede ocultarse bajo el “entonces como tú quieras” o cualquier elogio antes de una petición.
Sexual
• Cualquier acto que involucre a la sexualidad del afectado y que se ejecute contra su voluntad o que atente contra su dignidad, libertad o integridad física.
Económica
• La que afecta la supervivencia económica de la víctima, especialmente cuando esta está incapacitada para proveerse por su propios medios o cuando se ejecuta tras obtener el control económico de una relación.
• Como cuando se convence a la pareja que deje de trabajar para que se dedique al cuidado de los hijos y esta acepta bajo la promesa de que su pareja se haría cargo de todo durante un tiempo.
Patrimonial
• Esta modalidad involucra el despojo, abuso o daño de bienes sobre los que la víctima tenga derechos.
¿Es verdad que la violencia siempre es del hombre hacia la mujer?
No siempre, pero las últimas cifras disponibles en México nos dicen que casi el 90% de los casos de agresión doméstica en México son ejecutados de hombres hacia mujeres de todas las edades.
¿En México quiénes sufren más maltrato?
Casadas o en algún tipo de unión
- 40% de mujeres reportaron violencia de algún tipo.
- 32% psicológica.
- 55% de casadas vs 39% solteras.
- 70% Les quitan u obligan a entregarles dinero.
- 47% agresión física.
- 46% amenazas de golpes o correrlas de la casa.
- 29% Ignorándolas o no prestándoles atención.
Noviazgo
Violencia física
61% de las mujeres
- 34% buscaron ayuda.
- 46% de los Hombres.
- 66% buscaron ayuda.
- 76% violencia psicológica (ambos sexos).
- 67% de mujeres al menos intentos de violencia sexual.
- 17% consumada.
Infancia
79% han recibido insultos de papá y mamá.
¿Quiénes golpean a los hijos?
- Madre: 20%.
- Padre: 3%.
- Ambos: 10%.
Adultos Mayores
16% sufren maltrato:
- + de 80 años, siendo Mujeres (del 28% al 40%).
- Los hombres por su hermano (33%) y por sus hijos si viven con ellos (36%).
- 37% incapacitados (ambos sexos).
¿En una relación de pareja, por qué no detectamos fácilmente a un maltratador?
Porque al inicio suelen mostrar todo lo contrario.
• Inician subiéndote a un pedestal y siendo seductores o hasta un poco víctimas de su pasado.
• Después buscan aislarte de las personas importantes para ti.
• Hasta el final surgen las amenazas y la violencia.
Razones por las que las personas se quedan en una relación de pareja a pesar de que las lastimen
Hasta ahora el estudio más reciente, que fue publicado en Diciembre de 2013 en el Journal of Personality and Social Psychology dice que:
“El miedo a quedarse solteros lleva a las personas a quedarse en malas relaciones o a conformarse con parejas poco deseables porque prefieren estar con alguien que con nadie”
- 40% dijeron temer no tener compañía de largo plazo.
- 18% dijeron temer a “ ser un/a quedado/a”.
- 12% temor a perder a su pareja actual.
- 11% temor a envejecer solos.
- 7% temor a nunca tener hijos y familia.
- 7% dijo sentir que no valían si estaban solos.
- 4% temían al “qué dirán”.
“Durante el inicio y mantenimiento de una relación, aquellos que temen quedarse solteros le dan prioridad a su estatus de relación sobre la calidad de la relación”
Aunque se suele poner como pretexto, consciente o inconsciente:
• Los hijos, la comodidad, el tiempo que llevan juntos o el amor...
Razones en otro tipo de relaciones
No ser capaces de sostenerse
• Menores o adultos mayores.
Miedo a no ser capaz de sostenerse
• Baja autoestima, baja preparación, nunca haber trabajado o tener muchos años de no hacerlo, obsolescencia.
Miedo a las represalias
• Del maltratador o incluso de la familia que no apoya.
Dependencia emocional o económica
• Codependencia, baja autoestima, adultos mayores, menores.
¿Por qué no se van de ahí los que pueden? ¿Les gusta sufrir?
El miedo es una emoción muy poderosa.
• Te hace huir, te hace pelear o te paraliza.
• Como las personas sienten que no pueden huir, ni tienen la fuerza para pelear, optan inconscientemente por congelarse en la relación.
Cuando hay violencia física o psicológica de amenazas no es tan sencillo, pues:
• 70% de los casos de asesinatos por violencia doméstica son cometidos luego de que la víctima anuncia el fin de la relación o se va, porque el agresor ya no tiene nada que perder.
Las personas que no piden ayuda lo hacen por:
• Pena.
• Reconocer que “fracasaron”.
• Críticas de amigos y familiares y el “qué dirán”.
• Miedo:
• A que el agresor los deje o a que se ponga más violento.
• Falta de apoyo percibido.
• Especialmente cuando han sido aislados, porque sienten que nadie les creería o que nadie les apoyaría.
¿Qué hacer?
Observa a una posible pareja cómo se comporta:
En diferentes contextos
• Con otras personas, especialmente sobre las que pueda ejercer cierta autoridad como meseros y gente de servicio.
• También con animales. Aléjate siempre del maltratador de animales; no puede ser una buena persona.
• Si te cela, acosa o quiere controlar cómo te vistes, a quién ves o a dónde vas, esas son señales precursoras de violencia, aléjate de inmediato, no suelen cambiar y sí empeorar.
• Cuéntale tu situación a tantas personas como puedas, tan pronto como puedas.
• Busca ayuda profesional.
• Busca apoyo de las personas de las que en la relación pudiste haberte alejado, como tu familia.
• Si te es posible y sientes que tu integridad está en riesgo, aléjate de esa relación.
“El maltrato de una persona que dice quererte, no es sino una trampa emocional disfrazada de amor”»
Mario Guerra
viernes, marzo 20
La confianza en la pareja: Hasta que desaparece.
Hemos conceptualizado a la confianza como algo que se puede ganar o se puede perder y que es entera responsabilidad del otro mantener en nosotros a través de sus acciones.
« ¿Cómo empezamos a confiar?
Generalmente a través de la esperanza; es decir, la creencia que es posible lo que deseo: encontrar a una persona buena y que si me dice que me ama, que estará ahí para mí cuando le necesite y me será fiel, entonces lo hará.
¿Cómo crece y se pierde la confianza?
La ciencia nos dice que a través de la forma en que tratamos a nuestra pareja y viceversa.
Crece:
• Cuando somos capaces de atender las necesidades de nuestra pareja a pesar de que ello implique para nosotros un esfuerzo y dejar, al menos temporalmente, de lado ciertas necesidades inmediatas.
Se pierde:
• Cuando anteponemos nuestras necesidades de manera sistemática a las de nuestra pareja.
• Por ejemplo; tuviste un día pesado... Estás cansad@ y ya te quieres dormir, pero tu pareja tiene un problema que debe resolver al otro día con su jefe en el trabajo y te quiere contar para que le des un consejo... ¿Qué actitud tomas?
La pregunta central
John Gottman dice que hay una pregunta crucial que toca todos los aspectos de una relación de pareja y que frecuentemente no hace de manera explicita o en voz alta, sino a través de nuestras expectativas o ciertas “pruebas” que vamos poniendo a la pareja:
“¿Estas ahí para mí?”
Es un “estar ahí” para las cosas más simples o más complejas.
Desde:
• Limpiar lo que ha ensuciado el perro.
• Ir a ayudarle cuando se le ha ponchado una llanta.
• Responderle un mensaje de texto amablemente.
• Hasta cuando tu pareja tiene una cara fatal cuando no le ha ido no tan bien y en lugar de decirle “ya quita esa cara de amargada” le das un beso y le dices “te quiero mucho”.
¿Cómo crece la desconfianza?
• "La desconfianza no es el opositor de la confianza, es su enemigo", dice Gottman.
• Confianza y desconfianza existen en toda relación.
• Enseñamos a nuestra pareja a desconfiar de nosotros, porque además de dar un “NO” implícito a la pregunta implícita de “¿Estarás ahí para mí’?” se interpreta un mensaje paralelo de “y no me importa que sufras” o “no vale la pena invertir mi tiempo en algo que para tí es importante cuando para mí no lo es”.
¿Cuál es el efecto de la desconfianza?
• Discusiones sin fin que no sólo van en una escalada, sino que resulta virtualmente imposible detenerlas porque un reclamo de uno, sigue a un reclamo del otro y así al infinito.
• Como por respuesta a un reclamo o petición se tiene un contraataque, en lugar de la escucha y el diálogo, entonces la desconfianza se incrementa pues la respuesta a “¿Estarás ahí para mí?” se convierte en un perpetuo No.
• Con el tiempo la desconfianza se hace tan habitual que ya no se sabe como volver a confiar en el otro y entonces empieza a cambiar el concepto que se tiene de la pareja.
• Uno no quiere estar cerca de alguien que no se puede confiar, entonces empieza a aparecer el aislamiento recíproco, la falta de comunicación, intimidad, romance y finalmente queda sólo la envoltura; la cáscara de la relación sosteniendo temporal y frágilmente a la pareja que acabará por separarse o vivir en un infierno congelado.
Una pregunta muy íntima: ¿Confías en tu pareja?
Respondete ahora mismo estas tres preguntas:
A. ¿Mi pareja está ahí para mí cuando le necesito?
• Aquí la respuesta debe ser un rotundo SI.
B. ¿Mi pareja se aprovecha de mí para satisfacer sus necesidades y no suele ser recíproca?
• La respuesta debe ser un rotundo NO.
C. ¿Ha empezado a cambiar el concepto que yo tenía de mi pareja y ya me estoy dando por vencido o vencida?
• La respuesta debe ser un rotundo NO.
Estas preguntas son progresivas, es decir, generalmente cuando das la respuesta no deseada pasas a la siguiente, pero si todo está bien, al responder que sí a la primera no habrá necesidad de plantearse las dos siguientes.
Por supuesto, dar tres respuestas opuestas a lo ideal es una señal que la relación está en una profunda crisis y la pregunta es si tendrán la energía y la disposición recíproca de ver si aún algo se puede hacer para recomponerse como pareja.
Construir confianza
Es necesario que la pareja esté compenetrada no sólo con las necesidades de cada uno, sino con sus puntos más vulnerables, para evitar lastimarlos y empatizar con las emociones.
• Se trata de actuar HACIA tu pareja, no CONTRA ella o ALEJARSE.
• En suma, la confianza es una una decisión y una actitud.
• La decisión de querer confiar en mi pareja y la actitud y disposición para hacerlo, basándome en las acciones que observo cotidianamente en mi pareja más que en los errores puntuales.
• Por supuesto que hay cosas graves que no podemos perdonar y mientras esto no suceda habremos de pensar si estoy en disposición de volver a confiar, al menos en esa persona »
Mario Guerra
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