"Sólo una vez.
Sólo una vez supe para qué servía mi vida.
En Boston, de repente, lo comprendí;
caminaba a lo largo del río Charles,
observé las luces mimetizándose,
todas de neón y de corazón estroboscópico, abriendo
sus bocas gordas como cantantes de ópera;
conté las estrellas, mis pequeñas defensoras,
mis cicatrices de margarita,
y comprendí que paseaba mi amor
por la orilla del color verde de la noche y lloré
vaciando mi corazón hacia los coches del este y lloré,
vaciando mi corazón hacia los coches del oeste,
y llevé mi verdad sobre un pequeño puente encorvado,
y protegí mi verdad y su encanto, hasta mi casa
y atesoré esta agonía casi hasta el amanecer
solamente para descubrir que se habían ido".
Anne Sexton
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