"Nuestra generación fue tolerante. Y no lo sabíamos. Ahora han inventado tantos géneros que de alguna manera provocan todo lo contrario a la aceptación.
Soy de la generación que escuchó y amó a David Bowie y Lou Reed, y nunca tuvimos el problema de las preferencias sexuales que tenían.
No nos importaba nada, en realidad, fuimos muy felices con ellos.
Elton John, Freddy Mercury, George Michael. También somos la generación que amó a Led Zeppelin, Deep Purple, Neil Young, Eagles ... sin cuestionar los contextos que hoy en día serían considerados sexistas.
Cuando llegó Boy George, no nos preguntamos si le agradaba el hombre, la mujer o los dos.
Simplemente disfrutamos de su música. Y cuando Jimmy Somerville nos contó su historia cuando era un chico de pueblo, nos mudamos y cantamos con él. Y no había leyes que nos obligaran a ser solidarios o al menos participar.
Solo disfrutábamos de su arte y de lo magníficos que eran, son o serán.
No había comisiones amenazantes ni guardianes cuidadosos que nos censuraran si salía una broma.
Me gustaría entender qué pasó mientras tanto, porque todos estos censores tienen el único efecto de crear lo que censuran.
En mi opinión, íbamos más adelante sin imposición, porque las imposiciones, ya sabes, a menudo conducen al efecto contrario".