"La angustia del abandono tiene que ver con el silencio, en el apego solamente tenemos la presencia del otro, el aspecto más básico, más elemental, por eso muchas personas están familiarizadas simplemente con que el otro esté aunque esto no represente una presencia que favorece un vínculo. Los niños empiezan a experimentar terror cuando no ven la presencia de sus cuidadores, entonces no saben explicarse, no saben hablar, no pueden definir los sentimientos, solo les queda gritar, clamar y llorar. Conforme a los niños se les habla van interiorizando las palabras del otro, las palabras del otro comienzan a vivir dentro de cada individuo, las palabras nos constituyen y aquello que se nos habla es lo que hablamos y así cuando hablamos nos hacemos acompañar de quienes nos han hablado, las palabras vivas del otro nos hacen tolerar y lidiar con la angustia de la ausencia, podemos simbolizar la presencia del otro gracias a sus palabras. Por eso la principal señal de una relación rota es que los que integraban la pareja ya no se hablan".
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