jueves, marzo 30

Rey Jesús

« Lo despojaron de sus ropas, que los soldados retuvieron como una paga extra, aunque según la ley judía eran propiedad de su pariente más próximo. El sargento ejecutor abrió las costuras del manto y dio un trozo de paño a cada uno de sus cuatro asistentes; pero se echaron suertes por la propiedad de la túnica sin costuras que le había dado Simón, hijo de Boeto. 


Implantaron los postes verticales en las bases de albañilería que servían para sostenerlos, y luego hicieron que cada reo, por turno, se echara de espaldas cerca de su travesaño horizontal. Éste se ponía debajo de la cabeza, y se ataban con finas ramitas de mimbre los brazos del hombre al madero. Las manos quedaban aseguradas mediante un largo clavo de cobre martillado a través de la palma, para que no fuera posible liberarse. Luego, con sogas y una polea se alzaban hombre y madero hasta que el travesaño encajaba en el rebajo preparado en el poste vertical, donde se ajustaba con pernos. En cada poste vertical, más o menos un metro por debajo del travesaño, había una hilera de agujeros; en el más adecuado se metía una clavija destinada a sostener por la entrepierna el peso del condenado. Las piernas se ataban igualmente con mimbres, y los pies se clavaban con otros dos clavos que atravesaban la carne por detrás del tendón sagrado, que algunos llaman «tendón de Aquiles», porque Aquiles, hijo de la diosa del mar Tetis, fue mortalmente herido por una flecha en ese preciso lugar. En la parte superior del poste vertical se fijaba la declaración del crimen, sobre la cabeza de la víctima.

Jesús quedó en el centro; Dysmas a su derecha y Gestas a su izquierda. Mientras lo subían a la cruz, pronunció una última plegaria, pero no pedía nada para él. Había pensado, finalmente, que su sacrificio era en vano y que había provocado la inexorable ira de Jehová. Se demostraba ahora que el pecado cometido con su personificación del pastor indigno era el de presunción, y que al conducir a sus discípulos al mismo error se había hecho merecedor de su propio reproche profético: «Quien engaña a los de corazón infantil merece que lo arrojen al mar corruptor con una piedra de molino al cuello». Su plegaria era solamente por ellos:

—¡Padre del cielo, perdónalos! Su único pecado ha sido la ignorancia.»



Robert Graves

sábado, marzo 25

¡Adiós, cuate!

 


Una cosa es ser niño y otra muy distinta la posición infantil, con mucha fortuna podemos integrar esa niñez en la edad adulta, sin embargo hay adultos que desde la infancia no han abandonado la posición infantil. La posición infantil consiste en considerar que somos omnipotentes, que el otro no existe sino como herramienta que está a nuestra disposición, la posición infantil es incompetencia e indefensión negadas, es un Yo inflado mediante discursos delirantes, individuos con muchas deficiencias que intentan compensarse con narrativas “yo hago esto o yo soy aquello”, una crianza suficientemente buena te saca de la posición infantil. La niñez sin embargo es un tránsito maravilloso de curiosidad, alegría, creatividad, aprendizaje y sensibilidad entre otras cosas, desafortunadamente conforme crecemos nos volvemos adultos que no conservan la niñez pero sí la posición infantil. Chabelo dirigió durante muchos años su programa “En familia”, era un espacio dirigido hacia los niños, conducido por un adulto que sabía ser niño, ese programa nos enseñaba lo maravilloso de ser niño, podíamos desapegarnos de nuestros padres para aprender que hay vida más allá de ellos, qué hay desafíos que se pueden afrontar con alegría y valentía, queríamos concursar, queríamos ser los que sí podían ganar tal o cual concurso, aprendimos a tomar decisiones con la catafixia, aprendimos a escuchar las opiniones de los otros para en última instancia nosotros tomar la decisión final, aprendimos qué hay victorias que no saben tanto a triunfo (podíamos ver a niños ganando una sala para su familia, la familia contenta y el niño satisfecho por la alegría familiar), también aprendimos a que perder una sala no era tan malo si ganábamos una dotación de Pau Pau o una bicicleta. Así de importante fue este programa y la representación de este personaje, hoy en día la niñez va perdiendo espacios y representaciones, los niños están dejando de transitar la niñez para volverse adultos pequeños en posición infantil. Habrá que seguir reflexionando y actuando para preservar la niñez.