Hombres con "mamitis"
« La “mamitis” es una dependencia emocional de un hombre con su madre, como si realmente no hubiera cortado el cordón umbilical. De alguna manera el hijo se siente responsable de procurarla y asume un papel que no le compete.
La madre llega ocupar un papel protagónico en su vida dando como resultado una incapacidad para relacionarse y fuertes problemas de pareja. Una fuerte mamitis lo obliga a verla muy seguido, a preocuparse excesivamente, a querer incluirla en todas su actividades, a reconocer todo tipo de acciones y ponerla de ejemplo, sobretodo con su pareja.
Estadísticas recientes muestran que 50% de latinoamericanos mayores de 30 años padecen mamitis. Al igual dentro de la cultura Italiana, 43% de los hombres cuando se van de casa se mudan a menos de un kilómetro de donde vive su madre.
Para todas las mujeres que necesitan identificar los focos rojos de una “mamitis aguda” he aquí las siguientes características:
Vive con ella
Tu pareja cumplió 30 años y sigue en casa de su madre. No lo entiendes ya que tiene un trabajo estable, amigos, novia y aún no logra emprender el vuelo. ¡Ojo! Es probable que en su casa encuentre seguridad, acogimiento, sobre protección, pocos límites y finalmente sea el consentido de mami.
¡Así no se hace!
Constantemente escuchas a tu novio o esposo diciéndote “Así no se planchan las camisas. Así no se hace el arroz. Así no me enseñó mi mamá”. Estos mensajes automáticamente te desvalidan como mujer poniéndote en el papel de inútil y poco eficiente. Vives en la eterna pesadilla de ser comparada en todo.
Sobreprotección
Es probable que tu pareja, cuando era niño, fuera víctima de mensajes que le generaron dependencia, inseguridad y poca autonomía. Cuando era bebé, no se le dejaba comer solo porque se mancharía; cuando tenía 10 años no lo metieron a Karate porque le pegarían, no le dejaban hacer sola su mochila porque olvidaría los cuadernos.
Egoísta
Durante muchos años ha sido el centro de atención en su casa, sujeto de una gran sobreprotección y así adquiriendo la menor tolerancia a la frustración. Esto ha generado parte del porque tu pareja piensa en sus cosas, a su manera, sin tomarte mucho en cuenta. No te sorprendas que quieras decirle ¡No! y mostrar tu enojo cuando tienes que viajar con tu suegra todos los Años Nuevos. En automático escuchas “no hay cambios de planes es mi madre y yo pago el viaje”.
Las mismas discusiones
Haces un recuentro de los pleitos y desacuerdos que has tenido en tu relación de pareja y siempre es lo mismo: SU MAMÁ. En general este tipo de hombres carece de estrategias de comunicación, es intolerante en la dinámica conyugal e incapaz de tomar decisiones sin consultar a su mamá.
No eres comprensiva
Resulta que querer espacio con tu pareja, querer renovar su amor, tener tiempo para los dos es un tanto imposible. Cada vez que le propones un viaje, una escapdita, te contesta “Sabes que mi mamá no está bien de salud, que poco comprensiva”. Automáticamente te hace sentir como mala, egoísta y poco empática.
Tu principal competencia
Desde un inicio quisiste llevar una relación sana, de respeto y cordialidad con tu suegra. Sin embargo esto ha sido imposible pues tu pareja las ha colocado en competencia. Trates de hacer circo, maroma y teatro para complacerlo y buscar su atención. Esto resulta inútil pues tu suegra siempre está arriba de ti en todo: gustos, carácter, eficiencia y cocina.
Peter Pan
¿Viste la película de Peter Pan? Recuerda como este personaje representa el deseo de seguir siendo niño para tener una mamá que atienda todos sus requerimientos, que lo satisfaga en todo y que no lo deje crecer. Si tu pareja no quiere abandonar el País de Nunca Jamás es probable que se refugie en su infancia: SU MADRE. »