martes, diciembre 25

El corazón roto

« Crotolon. No más angustias, voy a acelerar mi viaje.

Orgilus. Razones puedo daros muchas para no hacerlo, mi señor.
Crotolon. Dame una buena, antes de que nos separemos debes decirla. ¡Atenas! ¿por qué a Atenas? Para dar coces contra el mundo estoico y cínico, o leer sobre la lógica, o convertirse en un areopagita. Nadie puede pronosticar el florecimiento de tan grave honor.

Orgilus. Admito todo esto.
Crotalon. Entonces, líbrame del conocimiento de los libros. Dispón un viaje a la bélica Esparta, donde pueda sentirme más libre.
Orgilus. No señor, no es adecuado.
Crotalon. Te ordeno que me digas la verdad.
Orgilus. ¿Así me obedeceríais, después de tantas peleas y disensiones, fallecido Thraso y estando nuestro actual sobrano, Amyclas, tan ansioso de verter sangre? Preferiría una resolución más suave.
Crotalon. ¿Cuál?
Orgilus. Un beneficioso intercambio a favor de la libertad y de un amor puro, que edifique las almas con firmeza. La temprana muerte no puede prevenir ni saciar los dulces votos, en base únicamente al amargo triunfo.
Crotalon. Seguramente.
Orgilus. A partir de este instante, estableceremos las condiciones paraa una vida feliz, ahuyentando al venenoso fruto de la madurez así como el recuerdo orgulloso de la gloria y de la venganza, o incluso de las nobles riquezas ».
 
 
John Ford