lunes, octubre 31

Tu más profunda piel

« Cada memoria enamorada guarda sus magdalenas y la mía -Acuérdate, allí donde estés- es el perfume del tabaco rubio que me devuelve a tu espigada noche, a la ráfaga de tu más profunda piel. No el tabaco que se aspira, el humo que tapiza las gargantas, sino esa vaga equívoca fragancia que deja la pipa, en los dedos y que en algún momento, en algún gesto inadvertido, asciende con su látigo de delicia para encabritar tu recuerdo, la sombra de tu espalda contra el blanco velamen de las sábanas.

No me mires desde la ausencia con esa gravedad un poco infantil que hacía de tu rostro una máscara de joven faraón nubio. Creo que siempre estuvo entendido que sólo nos daríamos el placer y las fiestas livianas del alcohol y las calles vacías de la medianoche. De ti tengo más que eso, pero en el recuerdo me vuelves desnuda y volcada, nuestro planeta más preciso fue esa cama donde lentas, imperiosas geografías iban naciendo de nuestros viajes, de tanto desembarco amable o resistido de embajadas con cestos de frutas o agazapados flecheros, y cada pozo, cada río, cada colina y cada llano los hallamos en noches extenuantes, entre oscuros parlamentos de aliados o enemigos. ¡Oh viajera de ti misma, máquina de olvido! Y entonces me paso la mano por la cara con un gesto distraído y el perfume del tabaco en mis dedos te trae otra vez para arrancarme a este presente acostumbrado, te proyecta antílope en la pantalla de ese lecho donde vivimos las interminables rutas de un efímero encuentro.

Yo aprendía contigo lenguajes paralelos: el de esa geometría de tu cuerpo que me llenaba la boca y las manos de teoremas temblorosos, el de tu hablar diferente, tu lengua insular que tantas veces me confundía. Con el perfume del tabaco vuelve ahora un recuerdo preciso que lo abarca todo en un instante que es como un vórtice, sé que dijiste "Me da pena" , y yo no comprendí porque nada creía que pudiera apenarte en esa maraña de caricias que nos volvía ovillo blanco y negro, lenta danza en que el uno pesaba sobre el otro para luego dejarse invadir por la presión liviana de unos muslos, de unos brazos, rotando blandamente y desligándose hasta otra vez ovillarse y repetir las caída desde lo alto o lo hondo, jinete o potro arquero o gacela, hipogrifos afrontados, delfines en mitad del salto. Entonces aprendí que la pena en tu boca era otro nombre del pudor y la vergüenza, y que no te decidías a mi nueva sed que ya tanto habías saciado, que me rechazabas suplicando con esa manera de esconder los ojos, de apoyar el mentón en la garganta para no dejarme en la boca más que el negro nido de tu pelo.

Dijiste "Me da pena, ¿sabes?", y volcada de espaldas me miraste con ojos y senos, con labios que trazaban una flor de lentos pétalos. Tuve que doblarte los brazos, murmurar un último deseo con el correr de las manos por las más dulces colinas, sintiendo como poco a poco cedías y te echabas de lado hasta rendir el sedoso muro de tu espalda donde un menudo omóplato tenía algo de ala de ángel mancillado. Te daba pena, y de esa pena iba a nacer el perfume que ahora me devuelve a tu vergüenza antes de que otro acorde, el último, nos alzara en una misma estremecida réplica. Sé que cerré los ojos, que lamí la sal de tu piel, que descendí volcándote hasta sentir tus riñones como el estrechamiento de la jarra donde se apoyan las manos con el ritmo de la ofrenda; en algún momento llegué a perderme en el pasaje hurtado y prieto que se llegaba al goce de mis labios mientras desde tan allá, desde tu país de arriba y lejos, murmuraba tu pena una última defensa abandonada.

Con el perfume del tabaco rubio en los dedos asciende otra vez el balbuceo, el temblor de ese oscuro encuentro, sé que una boca buscó la oculta boca estremecida, el labio único ciñéndose a su miedo, el ardiente contorno rosa y bronce que te libraba a mi más extremo viaje. Y como ocurre siempre, no sentí en ese delirio lo que ahora me trae el recuerdo desde un vago aroma de tabaco, pero esa musgosa fragancia, esa canela de sombra hizo su camino secreto a partir del olvido necesario e instantáneo, indecible juego de la carne oculta a la conciencia lo que mueve las más densas, implacables máquinas del fuego. No eras sabor ni olor, tu más escondido país se daba como imagen y contacto, y sólo hoy unos dedos casualmente manchados de tabaco me devuelven el instante en que me enderecé sobre ti para lentamente reclamar las llaves de pasaje, forzar el dulce trecho donde tu pena tejía las últimas defensas ahora que con la boca hundida en la almohada sollozabas una súplica de oscura aquiescencia, de derramado pelo. Más tarde comprendiste y no hubo pena, me cediste la ciudad de tu más profunda piel desde tanto horizonte diferente, después de fabulosas máquinas de sitio y parlamentos y batallas. En esta vaga vainilla de tabaco que hoy me mancha los dedos se despierta la noche en que tuviste tu primera, tu última pena. Cierro los ojos y aspiro en el pasado ese perfume de tu carne más secreta, quisiera no abrirlos a este ahora donde leo y fumo y todavía creo estar viviendo ».


Julio Cortázar

domingo, octubre 30

La Llama Doble

«Más allá de la felicidad o la infelicidad, aunque sean las dos cosas, el amor es intensidad; no nos regala la eternidad sino la vivacidad, ese minuto, en el que se entreabren las puertas del tiempo y del espacio: aquí es allá y ahora es siempre. En el amor todo es dos y todo tiende a ser uno »


Octavio Paz

sábado, octubre 29

Una temporada con Lacan


« Al no tener ya miedo de las palabras ¿cómo voy a temer a las cosas? »

Pierre Rey

jueves, octubre 27

Esa boca

« Su entusiasmo por el circo se venía arrastrando desde tiempo atrás. Dos meses, quizá. Pero cuando siete años son toda la vida y aún se ve el mundo de los mayores como una muchedumbre a través de un vidrio esmerilado, entonces dos meses representan un largo, insondable proceso. 

Sus hermanos mayores habían ido dos o tres veces e imitaban minuciosamente las graciosas desgracias de los payasos y las contorsiones y equilibrios de los forzudos. También los compañeros de la escuela lo habían visto y se reían con grandes aspavientos al recordar este golpe o aquella pirueta. Sólo que Carlos no sabía que eran exageraciones destinadas a él, a él que no iba al circo porque el padre entendía que era muy impresionable y podía conmoverse demasiado ante el riesgo inútil que corrían los trapecistas. Sin embargo, Carlos sentía algo parecido a un dolor en el pecho siempre que pensaba en los payasos. Cada día se le iba siendo más dificil soportar su curiosidad.

Entonces preparó la frase y en el momento oportuno se la dijo al padre: “¿No habría forma de que yo pudiese ir alguna vez al circo?” A los siete años, toda frase larga resulta simpática y el padre se vio obligado primero a sonreír, luego a explicarse: “No quiero que veas a los trapecistas.” En cuanto oyó esto, Carlos se sintió verdaderamente a salvo, porque él no tenía interés en los trapecistas. “¿Y si me fuera cuando empieza ese número?” “Bueno”, contestó el padre, “así, sí”.

La madre compró dos entradas y lo llevó el sábado de noche. Apareció una mujer de malla roja que hacía equilibrio sobre un caballo blanco. Él esperaba a los payasos. Aplaudieron. Después salieron unos monos que andaban en bicicleta, pero él esperaba a los payasos. Otra vez aplaudieron y apareció un malabarista. Carlos miraba con los ojos muy abiertos, pero de pronto se encontró bostezando. Aplaudieron de nuevo y salieron —ahora sí— los payasos.

Su interés llegó a la máxima tensión. Eran cuatro, dos de ellos enanos. Uno de los grandes hizo una cabriola, de aquellas que imitaba su hermano mayor. Un enano se le metió entre las piernas y el payaso grande le pegó sonoramente en el trasero. Casi todos los espectadores se reían y algunos muchachitos empezaban a festejar el chiste mímico antes aún de que el payaso emprendiera su gesto. Los dos enanos se trenzaron en la milésima versión de una pelea absurda, mientras el menos cómico de los otros dos los alentaba para que se pegasen. Entonces el segundo payaso grande, que era sin lugar a dudas el más cómico, se acercó a la baranda que limitaba la pista, y Carlos lo vio junto a él, tan cerca que pudo distinguir la boca cansada del hombre bajo la risa pintada y fija del payaso. Por un instante el pobre diablo vio aquella carita asombrada y le sonrió, de modo imperceptible, con sus labios verdaderos. Pero los otros tres habían concluido y el payaso más cómico se unió a los demás en los porrazos y saltos finales, y todos aplaudieron, aun la madre de Carlos.

Y como después venían los trapecistas, de acuerdo a lo convenido la madre lo tomó de un brazo y salieron a la calle. Ahora sí había visto el circo, como sus hermanos y los compañeros del colegio. Sentía el pecho vacío y no le importaba qué iba a decir mañana. Serían las once de la noche, pero la madre sospechaba algo y lo introdujo en la zona de luz de una vidriera. Le pasó despacio, como si no lo creyera, una mano por los ojos, y después le preguntó si estaba llorando. Él no dijo algo. “¿Es por los trapecistas? ¿Tenías ganas de verlos?”

Ya era demasiado. A él no le interesaban los trapecistas. Sólo para destruir el malentendido, explicó que lloraba porque los payasos no le hacían reír ».
Mario Benedetti

 

martes, octubre 25

The Pursuit of Happiness ★ ••

« Conforme Sofía iba pensando en que existía, también le daba por pensar en el hecho de que no se quedaría aquí eternamente. Estoy en el mundo ahora, pensó. Pero un día habré desaparecido del todo. ¿No era injusto que la vida tuviera que acabarse alguna vez?

En el camino de gravilla Sofía se quedó pensando. Intentó pensar intensamente en que no se quedaría aquí para siempre. Pero resultó imposible. En cuanto se concentraba en el hecho de que existía, inmediatamente surgía la idea del fin de la vida. Lo mismo pasaba a la inversa: cuando había conseguido tener una fuerte sensación de que un día desaparecería del todo, entendía realmente lo enormemente valiosa que es la vida. Era como la cara y cruz de una moneda, una moneda a la que daba vueltas constantemente. Cuanto más grande y nítida se veía una de las caras, mayor y más nítida se veía también la otra La vida y la muerte eran como dos caras del mismo asunto.

No se puede tener la sensación de existir sin tener también la sensación de tener que morir, pensó. De la misma manera, resulta igualmente imposible pensar que uno va a morir, sin pensar al mismo tiempo lo fantástico que es vivir ».


El mundo de Sofía

Doctor Glas

« Tengo días grises y momentos negros. No soy feliz del todo. A pesar de todo, no conozco a alguien con quien quisiera cambiarme; el corazón se me encoge al imaginar que yo pudiera ser tal o tal otro de mis conocidos. ¡No, no quisiera ser alguna otra persona! »

Hjalmar Söderberg

Amor mío, mi amor...

« Amor mío, mi amor, amor hallado
de pronto en la ostra de la muerte.
Quiero comer contigo, estar, amar contigo,
quiero tocarte, verte.

Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo
los hilos de mi sangre acostumbrada,
lo dice este dolor y mis zapatos
y mi boca y mi almohada.

Te quiero, amor, amor absurdamente,
tontamente, perdido, iluminado,
soñando rosas e inventando estrellas
y diciéndote adiós yendo a tu lado.

Te quiero desde el poste de la esquina,
desde la alfombra de ese cuarto a solas,
en las sábanas tibias de tu cuerpo
donde se duerme un agua de amapolas.

Cabellera del aire desvelado,
río de noche, platanar oscuro,
colmena ciega, amor desenterrado,

voy a seguir tus pasos hacia arriba,
de tus pies a tu muslo y tu costado »

Jaime Sabines

domingo, octubre 23

Prefacio del retrato de Dorian Gray

« El artista es el creador de cosas bellas.
•Revelar el arte y ocultar al artista es la finalidad del arte.

•El crítico es el que puede traducir de un modo distinto
o con un nuevo procedimiento su impresión ante las cosas bellas.
•La más elevada, así como la más baja de las formas de crítica,
son una manera de autobiografía.

•Los que encuentran intenciones feas en cosas bellas,
están corrompidos sin ser encantadores.
Esto es un defecto.

•Los que encuentran bellas intenciones en cosas bellas,
son cultos. A éstos les queda la esperanza.
•Existen los elegidos para quienes las cosas bellas
significan únicamente belleza.
•Un libro no es, en modo alguno, moral o inmoral.
Los libros están bien o mal escritos. Esto es todo.

•La aversión del siglo XIX por el Realismo
es la rabia de Calibán viendo su cara en el espejo.
•La aversión del siglo XIX por el Romanticismo
es la rabia de Calibán no viendo su propia cara en el espejo.
•La vida moral del hombre forma parte del tema
para el artista; pero la moralidad del arte consiste
en el uso perfecto de un medio imperfecto.
•Ningún artista desea probar algo.
Hasta las cosas ciertas pueden ser probadas.
•Ningún artista tiene simpatías éticas.
•Una simpatía ética en un artista 
constituye un amaneramiento imperdonable de estilo.
•Ningún artista es nunca morboso. 
•Pensamiento y lenguaje son, para el artista,
instrumentos de un arte.
•Vicio y virtud son, para el artista, 
materiales de un arte.
•Desde el punto de vista de la forma,
el modelo de todas las artes es el del músico.
•Desde el punto de vista del sentimiento, 
la profesión de actor.
•Todo arte es, a la vez, superficie y símbolo.
•Los que buscan bajo la superficie,
lo hacen a su propio riesgo.
•Los que intentan descifrar el símbolo,
lo hacen también a su propio riesgo.
Es al espectador, y no la vida, 
a quien refleja realmente el arte.
La diversidad de opiniones sobre una obra de arte
indica que la obra es nueva, compleja y vital.
•Cuando los críticos difieren,
el artista está de acuerdo consigo mismo.

Podemos perdonar a un hombre el haber hecho una cosa útil,
en tanto que no la admire.
La única disculpa de haber hecho una cosa inútil 
es admirarla intensamente.
•Todo arte es completamente inútil»

Oscar Wilde

sábado, octubre 22

El curioso incidente del perro a medianoche

«El señor Jeavons dijo que yo era un chico muy listo.
Yo dije que no era listo. Tan sólo advertía cómo eran las cosas, y eso no es ser listo. Sólo es ser observador. Ser listo es ver cómo son las cosas y utilizar la información para deducir algo nuevo. Como que el universo está en expansión o que alguien ha cometido un asesinato. O cuando uno ve el nombre de alguien y le da un valor a cada letra desde el 1 al 26 (a = 1, b = 2, etc) y suma los números en la cabeza y descubre que dan un número primo, como Scooby Doo (113), o Sherlock Holmes (163), o Doctor Watson (167).

(…)

Y cuando miras al cielo sabes que estás viendo estrellas que están a cientos de miles de años luz. Y algunas de las estrellas ni siquiera existen ya porque su luz ha tardado tanto en llegar a nosotros que ya están muertas, o han explotado y han quedado reducidas a enanas rojas. Y esto te hace sentir muy pequeño, y si en tu vida tienes cosas difíciles, es agradable pensar que son lo que se llama insignificantes, es decir, que son tan pequeñas que no tienes que tenerlas en cuenta cuando haces un cálculo.

(…)

Entonces pensé en que durante mucho tiempo a los científicos los había desconcertado que el cielo sea oscuro por las noches pese a haber billones de estrellas en el universo, pues hay estrellas en todas las direcciones en que uno mire, así que el cielo debería estar lleno de luz estelar porque hay muy poca cosa que impida que la luz llegue a la Tierra.

Entonces descubrieron que el universo está en expansión, que las estrellas se alejan rápidamente unas de otras desde el Big Bang, y que cuanto más lejos están las estrellas de nosotros más rápido se mueven, algunas de ellas casi a la velocidad de la luz, y eso explica por qué su luz nunca nos llega.


Me gusta ese dato. Es algo que podemos comprender al mirar al cielo por la noche, pensando, sin tener que preguntárselo a otros»


Mark Haddon

viernes, octubre 21

La cura

« Mi abuelo era bastante borrachín. 
Lo que más le gustaba tomar era anís turco.
Él tomaba anís y le agregaba agua (para rebajarlo),
pero igual se emborrachaba.
Entonces tomaba whisky con agua y se emborrachaba.
Y tomaba vino con agua y se emborrachaba. 

Hasta que un día decidió curarse.. ¡Y suspendió... el agua! »

jueves, octubre 20

Hombre pez

« La vida de cada hombre es una vereda que nos conduce a un camino mayor.

Jamás un hombre ha sido completa mente él mismo; Aunque la mayoría tenga la firme convicción de serlo algún día, unos entre brumas y otros con perfecta luminosidad, pero cada uno como mejor le sea posible. Todos cargan en sus espaldas hasta el final lo viscoso y las sobras de un mundo primario.

Muchos jamás llegan a ser verdaderamente hombres y siguen siendo peces, ardillas, ranas o hasta hormigas, pero todos son el ímpetu de la naturaleza hacia el hombre. Todos y cada uno de nosotros tiene un origen común: La madre. Cualquiera proviene del mismo monte, sin embargo, cada uno tiene su objetivo, su meta final. Todos los hombres podemos llegar a entendernos perfectamente, pero comprendernos sólo cada uno lo puede hacer consigo mismo ».

Demian
Hermann Hesse

martes, octubre 18

Higiene del asesino

« ¿Cómo quiere que un escritor sea púdico? Es el oficio más impúdico del mundo; a través del estilo, de las ideas, de la historia, de las investigaciones, los escritores no hacen otra cosa que hablar de sí mismos, y además con palabras. Los pintores y los músicos también hablan de sí mismos, pero lo hacen con un lenguaje mucho menos crudo que nosotros. No, señor, los escritores son obscenos; si no lo fueran, serían contables, conductores de tren, telefonistas, serían gente respetable ».
Amélie Nothomb

De este mundo y otro: Las palabras

« Las palabras son buenas. Las palabras son malas. Las palabras ofenden. Las palabras piden disculpa. Las palabras queman. Las palabras acarician. Las palabras son dadas, cambiadas, ofrecidas, vendidas e inventadas. Las palabras están ausentes. Algunas palabras nos absorben, no nos dejan: son como garrapatas, vienen en los libros, los periódicos, en los mensajes publicitarios, en los rótulos de las películas, en las cartas y en los carteles. Las palabras aconsejan, sugieren, insinúan, conminan, imponen, segregan , eliminan. Son melifluas o ácidas. El mundo gira sobre palabras lubrificadas con aceite de paciencia. Los cerebros están llenos de palabras que viven en paz y en armonía con sus contrarias y enemigas. Por eso la gente hace lo contrario de lo que piensa creyendo pensar lo que hace.

Hay muchas palabras.

Y están los discursos, que son palabras apoyadas unas en otras, en equilibrio inestable gracias a una sintaxis precaria hasta el broche final: “Gracias. He dicho”. Con discursos se conmemora, se inaugura, se abren y cierran sesiones, se lanzan cortinas de humo o se disponen colgaduras de terciopelo. Son brindis, oraciones, conferencias y coloquios. Por medio de los discursos se transmiten loores, agradecimientos, programas y fantasías. Y luego las palabras de los discursos aparecen puestas en papeles, pintadas en tinta de imprenta —y por esa vía entran en la inmortalidad del Verbo. Al lado de Sócrates, el presidente de la junta domina el discurso que abrió el grifo fontanero. Y fluyen las palabras, tan fluidas como el “precioso líquido”. Fluyen interminable mente, inundan el suelo, llegan hasta las rodillas, a la cintura, a los hombros, al cuello. Es el diluvio universal, un coro desarmado que brota de millares de bocas. La tierra sigue su camino envuelta en un clamor de locos, a gritos, a aullidos, envuelta también en un murmullo manso represado y conciliador. De todo hay en el orfeón: tenores y tenorinos, bajos cantantes, sopranos de do de pecho fácil, barítonos acolchados, contraltos de voz-sorpresa. En los intervalos se oye el punto. Y todo esto aturde a las estrellas y perturba las comunicaciones, como las tempestades solares.

Porque las palabras han dejado de comunicar. Cada palabra es dicha para que no se oiga otra. La palabra, hasta cuando no afirma, se afirma: la palabra es la hierba fresca y verde que cubre los dientes del pantano. La palabra no muestra. La palabra disfraza.

De ahí que resulte urgente mondar las palabras para que la siembra se convierta en cosecha. De ahí que las palabras sean instrumento de muerte o de salvación. De ahí que la palabra sólo valga lo que vale el silencio del acto.Hay, también, el silencio. El silencio es, por definición, lo que no se oye. El silencio escucha, examina, observa, pesa y analiza. El silencio es fecundo. El silencio es la tierra negra y fértil, el humus del ser, la melodía callada bajo la luz solar. Caen sobre él las palabras. Todas las palabras. Las palabras buenas y las malas. El trigo y la cizaña. Pero sólo el trigo da pan ».


Alfaguara

lunes, octubre 17

La sombra del viento

«Alguien dijo una vez que en el momento en que te paras a pensar si quieres a alguien, ya has dejado de quererle para siempre »

-¿Y cómo me ves tú a mi?
- Como un misterio.
- Ése es el cumplido más raro que me han hecho alguna vez.
- No es un cumplido. Es una amenaza.
- ¿Y eso?
- Los misterios hay que resolverlos, averiguar qué esconden.
- A lo mejor te decepcionas al ver lo que hay dentro.
- A lo mejor me sorprendo. Y tú también ».

Carlos Ruiz Zafón

domingo, octubre 16

Misterio & maneras

« La gente tiene la costumbre de preguntar: “¿Cuál es el tema de su relato?”. Y esperan que les ofrezcas una declaración: “El tema de mi relato es la presión económica de la máquina sobre la clase obrera”, o algún absurdo por el estilo. Y cuando tienen una declaración como ésa, se van felices, con la sensación de que ya no necesitan leer el relato ».

Flannery O´Connor

sábado, octubre 15

El coloso de Marusi

« ¡Cristo, qué feliz soy!, y por primera vez en mi vida me siento feliz con plena conciencia de mi felicidad. Es bueno ser feliz simplemente; es un poco mejor saber que se es feliz; pero comprender la felicidad y saber por qué y cómo, en qué sentido, a causa de qué sucesión de hechos o circunstancias se ha logrado tal estado, y seguir siendo feliz, feliz de serlo y saberlo, eso está más allá de la felicidad, eso es la gloria, y si se tuviera un poco de sentido común, podría uno morir en éste preciso momento ».

Henry Miller

viernes, octubre 14

Alas Rotas


«Esta emoción que nos llena de temor y que nos estremece cuando traspasa nuestros corazones es la ley de la Naturaleza -respondí- que guía a la Luna alrededor de la Tierra, y al Sol alrededor de Dios. Enseguida mi amado me puso una mano en la cabeza y me acarició el pelo. Su rostro brillaba, y caían lágrimas de sus ojos, como gotas de rocío en los pétalos de un lirio.

Su mano estaba todavía en mi cabeza mientras decía esto, y no habría cambiado esa mano por una corona real, ni por una guirnalda de gloria; nada me parecía más valioso y amable que aquella hermosa y suave mano, cuyos dedos jugueteaban con mi cabello »

Khalil Gibrán

jueves, octubre 13

Planta un jardín


Chaplin también escribía

« Cuando me amé de verdad,
comprendí que en 
cualquier circunstancia,
yo estaba en el lugar correcto,
en la hora correcta,
y en el momento exacto.
Y entonces pude relajarme.
Hoy sé que eso tiene nombre...
Auto-estima.

Cuando me amé de verdad,
pude percibir que mi angustia
y mi sufrimiento emocional
no son sino una señal de que voy
contra mis propias verdades.
Hoy sé que eso es...
Autenticidad.

Cuando me amé de verdad,
dejé de desear que mi vida
fuera diferente y comencé a ver
que todo lo que acontece
contribuye a mi crecimiento.
Hoy sé que eso se llama...
Madurez.

Cuando me amé de verdad,
comencé a percibir cómo
es ofensivo tratar de forzar
alguna situación, o persona,
sólo para realizar aquello que deseo,
aún sabiendo que no es el momento
o que la persona no está preparada...
inclusive yo mismo.Hoy sé que 
el nombre de eso es...
Respeto.

Cuando me amé de verdad,
comencé a librarme de todo
lo que no fuese saludable ...
Personas, situaciones, todo
y cualquier cosa que me
empujara hacia abajo.
Al principio, mi razón llamó
a esa actitud "egoísmo".
Hoy sé que se llama...
Amor Propio.

Cuando me amé de verdad,
dejé de temer tener tiempo libre
y desistí de hacer grandes planes,
abandoné los mega-proyectos 
del futuro. Hoy hago lo que 
encuentro correcto, lo que me gusta,
cuando quiero y a mi propio ritmo.
Hoy sé que eso es...
Simplicidad.

Cuando me amé de verdad,
desistí de querer tener
siempre la razón y, con eso,
erré muchas menos veces.
Hoy descubrí la...
Humildad.

Cuando me amé de verdad,
desistí de quedar reviviendo el pasado
y de preocuparme con el Futuro.
Ahora, me mantengo en el presente,
que es donde la vida acontece.
Hoy vivo un día a la vez.
Y eso se llama...
Plenitud.

Cuando me amé de verdad,
percibí que mi mente puede
atormentarme y decepcionarme.
Pero cuando yo la coloco al
servicio de mi corazón,
ella es una gran y valiosa aliada.
Todo eso es saber vivir ».

Charles Chaplin

miércoles, octubre 12

Televisión

Una noche soñé que de las pantallas de todos los televisores surgía un río de veneno. Al despertarme apagué la televisión y, aunque ya han pasado dos años, no he vuelto a prenderla. Espero que no me pase lo que le pasó al héroe de esta historia:



« Un hombre sabio, versado en Astrología, vio el futuro y descubrió, azorado, que un grupo de enfermos mentales iba a apoderarse de la Televisión, para programar emisiones y comerciales tan abyectos que atacarían el espíritu de los espectadores, contagiándoles la locura. Comenzó a llamar a sus amistades para prevenirlas: “¡Si no quieren atrapar graves deformaciones mentales, dejen de ver televisión!” ¡Nadie le creyó! ¡No pudieron privarse de encender las peligrosas máquinas! El sabio salió a la calle intentando convencer a los ciudadanos: recibió burlas, insultos y empujones. Trató de escribir denuncias en los periódicos: intereses creados impidieron la aparición de sus advertencias. Internet, en forma solapada, hipócrita, borró sus mensajes. Cansado, se encerró en su casa y esperó el fatídico día. Efectivamente, un grupo de locos, disfrazados de eficientes ejecutivos, apoyados por comerciantes rufianes, se apoderaron de los canales para programar espectáculos de tan mal gusto e imbecilidad, cuajados de malignos comerciales explotando los complejos de la gente, que toda la población cayó en estado de locura. A la bella realidad se substituyó una mercantilista, llena de egoísmo, competencias, violencia, fealdad. Cuando el sabio salió de su casa, encontró la enfermedad general. Las personas, con la mirada extraviada, muertas del alma, se peleaban por consumir alimentos nocivos y comprar cosas inútiles, guiadas por una moral de pacotilla. El sabio trató de hablar con ellos, razonar. ¡Lo trataron de loco y comenzaron a agredirlo! ¡Fue excomulgado so pretexto de que padecía una enfermedad contagiosa! Muerto de hambre, porque no le vendían comida, desesperado, encendió su televisor. ¡Al cabo de unas horas de ver sandeces, ya estaba loco! Acomplejado, amargado, violento, salió a la calle. ¡Todos lo felicitaron por su mejoría, aplaudieron su cordura y lo aceptaron en el rebaño de voraces consumidores!.

¡Tengamos cuidado de las realidades artificiales que grupos sin escrúpulos intentan hacer pasar por normas definitivas: defendamos nuestra esencia original porque en ello nos va la vida! »






“No creemos que los televisores y los ordenadores personales acaben fusionándose. Más bien creemos que uno ve la televisión para desconectar el cerebro, y que uno con el ordenador se trabaja cuando se quiere conectar el cerebro” --Steve Jobs

El libro de los abrazos

« No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele. Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace ».

Eduardo Galeano

domingo, octubre 9

El hombre duplicado

«No te pido que me lo cuentes todo, tienes derecho a guardar tus secretos, con una única e irrenunciable excepción: aquellos de los que dependa tu vida, tu futuro, tu felicidad, ésos quiero saberlos, tengo derecho, y tú no me lo puedes negar ».
José Saramago

sábado, octubre 8

More than words



«Saying "I love you"
is not the words I want to hear from you.
It's not that I want you
not to say, but if you only knew
how easy
it would be to show me how you feel


More than words
is all you have to do to make it real,
then you wouldn't have to say
that you love me
'cause I'd already know

Just by saying "I love you"
Now that I've tried to
talk to you and make you understand,
all you have to do is
close your eyes and just reach out your hands
and touch me,
hold me close, don´t ever let me go

More than words
is all I ever needed you to show
then you wouldn't have to say
that you love me
'cause I'd already know
What would you do ...
»



¡Un año dos meses ♥  !

Nash

« Siempre he creído en los números, en las ecuaciones y en la lógica que llevan a la razón. Después de una vida de búsqueda, me digo: ¿Qué es la lógica? ¿Quién decide la razón? He buscado a través de lo físico, lo metafísico, lo delirante, y vuelta a empezar. Y he hecho el descubrimiento más importante de mi carrera, el más importante de mi vida: Sólo en las misteriosas ecuaciones del amor, puede encontrarse alguna lógica. Estoy aquí esta noche gracias a ti. Tú, mi única razón de ser. Eres todas mis razones. Gracias  ».



viernes, octubre 7

El guardián de los secretos

 Soy una tumba. Cuando alguien me confía un secreto jamás lo desvelo a alguien. No hago ni una excepción [...]

« Mis amigos, mis familiares, e incluso algunos conocidos con los que apenas mantengo relación, se citan conmigo para desahogarse. Yo los escucho en silencio. A menudo siento pudor por las cosas que me cuentan y preferiría no saber, pero ellos me han elegido y no puedo defraudarlos. Paso una parte importante de la vida oyendo a los demás, como un confesor o un psicólogo. En ocasiones tengo la tentación de aprovechar ciertos secretos para introducirlos en mis relatos, pero me siento incapaz de hacer pública una confidencia. ¿Se imaginan a un sacerdote revelando públicamente un secreto de confesión? Pues en mi caso es lo mismo.

Hay innumerables asuntos que sólo sus protagonistas y yo conocemos. En cierta ocasión, alguien me confesó un crimen. No exagero. No miento. Ese asesinato permanece inmune y estoy convencido de que nunca se descubrirá. Fue un asesinato perfecto. La persona que lo ejecutó me citó una tarde en la terraza de una cafetería del centro. Me dijo que necesitaba contarme algo terrible y me hizo prometer que guardaría el secreto. "Ya me conoces", le respondí. Entonces me relató una historia espeluznante. Aquella noche no pude dormir. Cualquiera en mi lugar habría descolgado el teléfono y denunciado el crimen a la policía, sin embargo yo no pude hacerlo. Han pasado muchos años desde aquella tarde y el asesino es un ciudadano corriente que continúa libre. Yo soy su cómplice y, lo que es peor, su coartada. El asesino cuidó hasta el último detalle y preparó con tal precisión el homicidio que la víctima expiró durante el tiempo en que él estaba conmigo confesándome el crimen. La muerte, lenta y terrible, se produjo en el preciso instante en que el asesino tomaba café conmigo en la Plaza de las Flores. Si la policía lo detenía, el asesino se ampararía en mí y en el camarero del bar para demostrar su inocencia. De hecho, estuvo constantemente llamando la atención del camarero para que recordara su cara en el supuesto caso de que la policía lo detuviera y llamaran al camarero para testificar.Me cuesta conciliar el sueño por las noches. Las voces de los secretos no me dejan dormir. Me preocupan tanto los problemas ajenos que suelo olvidar los propios. Me levanto cansado por las mañanas con la cabeza repleta de temores que nada tienen que ver con mi vida privada. Paso tanto tiempo callado oyendo las quejas de los confidentes que me he acostumbrado a permanecer siempre en silencio. Cuando estoy solo me dedico a prestar atención a los sonidos de la vida. Oigo el viento, la lluvia, los ruidos de la calle. Escucho el lamento del mar. Los pájaros. Los perros. Mientras yo permanezco quieto, como un centinela, protegiendo los secretos del mundo ».


Garriga Vela

jueves, octubre 6

The sounds of silence


« Hello darkness, my old friend
I've come to talk with you again
Because a vision softly creeping
Left its seeds while I was sleeping
And the vision that was planted in my brain
Still remains
Within the sound of silence

In restless dreams I walked alone
Narrow streets of cobblestone
'Neath the halo of a street lamp
I turned my collar to the cold and damp
When my eyes were stabbed
by the flash of a neon light
That split the night
And touched the sound of silence

And in the naked light I saw
Ten thousand people, maybe more
People talking without speaking
People hearing without listening
People writing songs

 that voices never share
And no one dared
Disturb the sound of silence


Fools said I, You do not know
Silence like a cancer grows...

But my words like silent raindrops fell
And echoed
In the wells of silence
  »

miércoles, octubre 5

Discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford

« Yo fui afortunado – descubrí lo que amaba hacer temprano en la vida. Woz y yo comenzamos Apple en el garage de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos duro y en diez años, Apple había crecido a partir de nosotros dos en un garage, transformándose en una compañía de dos mil millones de dólares con más de 4.000 empleados. Recién habíamos presentado nuestra más grandiosa creación – la Macintosh – un año antes y yo recién había cumplido los 30. Y luego me despidieron. ¿Cómo te pueden despedir de una compañía que tú comenzaste? Bien, debido al crecimiento de Apple contratamos a alguien que pensé que era muy talentoso para dirigir la compañía conmigo, los primeros años las cosas marcharon bien. Sin embargo, nuestras visiones del futuro empezaron a desviarse y finalmente tuvimos un tropiezo. Cuando ocurrió, la Junta del Directorio lo respaldó a él. De ese modo a los 30 años estaba afuera. Y muy publicitadamente fuera. Había desaparecido aquello que había sido el centro de toda mi vida adulta, fue devastador.

Por unos cuantos meses, realmente no supe qué hacer. Sentía que había decepcionado a la generación anterior de empresarios – que había dejado caer la estafeta cuando me la estaban pasando. Me encontré con David Packard y Bob Noyce e intenté disculparme por haberlo echado a perder tan estrepitosamente. Fue un absoluto fracaso público e incluso pensaba en alejarme del valle. No obstante, lentamente comencé a entender algo – Yo todavía amaba lo que hacía. El revés ocurrido con Apple no había cambiado eso ni un milímetro. Había sido rechazado, pero seguía enamorado. Y así decidí comenzar de nuevo.

En ese entonces no lo entendí, pero sucedió que ser despedido de Apple fue lo mejor que podía haberme pasado. La pesadez de ser exitoso fue reemplazada por la liviandad de ser un principiante otra vez, menos seguro de todo. Me liberó para entrar en uno de las etapas más creativas de mi vida. Durante los siguientes cinco años, comencé una compañía llamada NeXT, otra compañía llamada Pixar, y me enamoré de una asombrosa mujer que se convirtió en mi esposa. Pixar continuó y creó la primera película en el mundo animada por computadora, Toy Story, y ahora es el estudio de animación más exitoso a nivel mundial. En un notable giro de los hechos, Apple compró NeXT, regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT constituye el corazón del actual renacimiento de Apple. Además, con Laurene tenemos una maravillosa familia.

Estoy muy seguro de que nada de esto habría sucedido si no me hubiesen despedido de Apple. Fue una amarga medicina, pero creo que el paciente la necesitaba. En ocasiones la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza. No pierdan la fe. Estoy convencido que la única forma de hacer un gran trabajo es amando lo que hacen. Si todavía no lo han encontrado, sigan buscando. No se detengan. Al igual que con los asuntos del corazón, sabrán cuando lo encuentren. Y al igual que cualquier relación importante, mejora con el paso de los años. Así que sigan buscando hasta que lo encuentren. ¡No se detengan

Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir tu a corazón.


Steve Jobs  

Lógica & locura

«La locura es un sueño del que se puede despertar»

« La metáfora de la locura puede ser "un cuchillo que se clava en la mente y su corte no distingue con claridad genes e influencia ambiental". La demencia es externa e interna, un universo ocluso del que nada puede escapar. Una vez que es atrapada la lucidez, su descomposición es un caleidoscopio de sombras inasibles: pensamientos que no son capaces de relacionarse entre sí, que rompen la cáscara de la coherencia en un sinfín de fragmentos, tantos, como seres posibles hay en un ser real. La frontera del pensamiento es a menudo auto destructiva para quien la traspasa. 

La mente no tiene límites, pero no señala el borde que separa el valle de la razón con las cumbres de la locura. Es posible enloquecer por amor y odio, y hacerlo por la pura ausencia de sentimientos. Se puede enloquecer de lucidez, el sano juicio puede encadenar una fatiga profunda; la razón es un peso difícil de soportar durante toda una vida. Los criterios más absurdos e ilógicos sólo son casos límite de la razón en los que la lógica es crítica consigo misma. 


La locura es "una lógica que se ha cuestionado a sí misma", una autoconciencia que ha perdido el control establecido y se interna por caminos ignotos, por bosques sombríos de acechantes peligros en la mente que ha descuidado sus defensas aprendidas. En las 'Intempestivas', Nietzsche lucha desesperadamente por una armonía imposible en el universo del caos. En esa tensión dialéctica sólo es posible alcanzar la lucidez desde los bordes fronterizos de la locura. Pero no hablemos de locura, la locura no existe, sólo hay trastornos de la mente »



martes, octubre 4

Le Petit Prince

«—¿Quién eres? —dijo el principito—. Eres muy lindo...

—Soy un zorro —dijo el zorro.
—Ven a jugar conmigo —le propuso el principito—.
¡Estoy tan triste!...

—No puedo jugar contigo —dijo el zorro—. 
No estoy domesticado.
—¡Ah! Perdón —dijo el principito. 
Pero después de reflexionar agregó—
¿Qué significa domesticar?

—No eres de aquí - dijo el zorro al principito -. 
¿Qué buscas?......
—Busco amigos - dijo el principito - 
¿Qué significa "domesticar"?
 —Es una cosa demasiada olvidada – dijo el zorro- 
Significa “crear lazos”.
¿Crear lazos? 

—Sí - dijo el zorro-. Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo..... 

—Empiezo a comprender - dijo el principito -. 
Hay una flor... Creo que me ha domesticado...

—El zorro calló y miró largo tiempo al principito: 
—¡Por favor... domestícame!- dijo.

—Bien lo quisiera —respondió el principito— 
pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar 
amigos y conocer muchas cosas.

Sólo se conocen las cosas que se domestican —dijo el zorro—. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer cosas. Compran cosas hechas a los mercaderes. Pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡Domestícame!.... 

—El principito se fue nuevamente a ver a las rosas: Ustedes no son en absoluto parecidas a mi rosa: Son... nada... aún —les dijo—. Nadie las ha domesticado y no han domesticado a alguien. Son como era mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo. 
—Y las rosas se sintieron bien molestas.

—Son bellas, pero están vacías —les dijo todavía—. No se puede morir por ustedes. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se les parece. Pero ella sola es más importante que todas ustedes, puesto que es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa quien puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté ( salvo dos o tres que se hicieron mariposas ). Puesto que es ella la rosa quien escuché quejarse, o alabarse, o aún, algunas veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa. —Y volvió hacia el zorro:—Adiós, dijo.—Adiós —dijo el zorro—. 

He aquí mi secreto. Es muy simple: 
no se ve sino con el corazón. 
Lo esencial es invisible a los ojos. 

Lo esencial es invisible a los ojos —repitió el principito—
 a fin de acordarse. 

El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.El tiempo que perdí por mi rosa... —dijo el principito—, a fin de acordarse.

Los hombres han olvidado esta verdad —dijo el zorro—. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable de tu rosa...Soy responsable de mi rosa... —repitió el principito—, a fin de acordarse»


Antoine de Saint-Exupéry

lunes, octubre 3

De Yoda ★•

«Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes »

Mein Kampf

« Siempre es mejor saber que no saber. Y desde luego, siempre es mejor comprender que simplemente prohibir ».

Antoine Vitkine