sábado, octubre 22

El curioso incidente del perro a medianoche

«El señor Jeavons dijo que yo era un chico muy listo.
Yo dije que no era listo. Tan sólo advertía cómo eran las cosas, y eso no es ser listo. Sólo es ser observador. Ser listo es ver cómo son las cosas y utilizar la información para deducir algo nuevo. Como que el universo está en expansión o que alguien ha cometido un asesinato. O cuando uno ve el nombre de alguien y le da un valor a cada letra desde el 1 al 26 (a = 1, b = 2, etc) y suma los números en la cabeza y descubre que dan un número primo, como Scooby Doo (113), o Sherlock Holmes (163), o Doctor Watson (167).

(…)

Y cuando miras al cielo sabes que estás viendo estrellas que están a cientos de miles de años luz. Y algunas de las estrellas ni siquiera existen ya porque su luz ha tardado tanto en llegar a nosotros que ya están muertas, o han explotado y han quedado reducidas a enanas rojas. Y esto te hace sentir muy pequeño, y si en tu vida tienes cosas difíciles, es agradable pensar que son lo que se llama insignificantes, es decir, que son tan pequeñas que no tienes que tenerlas en cuenta cuando haces un cálculo.

(…)

Entonces pensé en que durante mucho tiempo a los científicos los había desconcertado que el cielo sea oscuro por las noches pese a haber billones de estrellas en el universo, pues hay estrellas en todas las direcciones en que uno mire, así que el cielo debería estar lleno de luz estelar porque hay muy poca cosa que impida que la luz llegue a la Tierra.

Entonces descubrieron que el universo está en expansión, que las estrellas se alejan rápidamente unas de otras desde el Big Bang, y que cuanto más lejos están las estrellas de nosotros más rápido se mueven, algunas de ellas casi a la velocidad de la luz, y eso explica por qué su luz nunca nos llega.


Me gusta ese dato. Es algo que podemos comprender al mirar al cielo por la noche, pensando, sin tener que preguntárselo a otros»


Mark Haddon